El gambito de Queensnake
Nazryana puede ser un mal perdedor, pero eso no la salvará de la ronda de penalización. ¿Al ajedrez? ¡Se electrocutó! Queensnake es justo de su manera torcida, y no está exenta de las consecuencias de sus propios movimientos tontos. Al final, el ganador puede ser la última mujer en pie.
